¿Y a caso está mal que me extrañes?
¿No puedes admitir que te falta un pedazo de cielo? Tu cama y la mía están vacías.
No hay más palabras que decir. Araño las paredes para no ir a buscarte.
Repetidas veces te sueño suspirar, te sueño nombrarme; sueño que te llenas los bolsillos de guerras ganadas y que mi historia no te suena conmovedora.
Es un cuento infinito, no consigo imaginarme sin tu amor.
Es difícil conservar lo que se tiene; perdiste mi confianza así como yo perdí la tuya. Pero soy capaz de cada día volverte a elegir.
Es la lucha continua de levantarme y saber que tengo que vivir sin ti, antes era diferente.
¿Y qué más puedo hacer? Tan solo extrañarte y no rendirme, no bajaré los brazos por nada del mundo, tuve batallas peores, vencí en todas.
Porque victoriosos son aquellos que tienen la cara desfigurada por el sudor y la sangre; aquellos que no se quedan tan solo en palabras sino que miran más allá del horizonte; aquellos que se quedan cortos una y otra vez; pero que si fracasan por lo menos tendrán la valentía de haberlo intentado.
"El que no arriesga no gana".